El libro que usted tiene en sus manos ha sido recopilado con el fin de brindar al lector la oportunidad de palpar la experiencia espiritual del Oriente Cristiano. Aquí están reunidos trescientos "dichos", proverbios o discursos de más de cincuenta santos Ortodoxos de Palestina, Siria, Egipto, Grecia, Rusia, Serbia, Montenegro y Georgia. Porque la Iglesia Occidental fue parte de la familia de Iglesias Ortodoxas durante los primeros mil años después del nacimiento de Cristo, usted también puede encontrar en nuestra compilación los dichos de santos que vivieron en el territorio de lo que hoy es Italia, Inglaterra, Francia y Tunes. Todo esto es parte de la herencia de la Iglesia Ortodoxa. Los primeros de estos discursos fueron escritos en la segunda mitad del primer siglo. El más reciente fue escrito en la segunda mitad del siglo veinte. Sin importar dónde vivieron, cuándo vivieron o quiénes fueron, los Santos Ortodoxos hablan de una singular realidad espiritual, y por tanto sus discursos se complementan armónicamente unos a otros. En el siglo XIX, San Ignacio Brianchaninov hizo esta observación: "Una vez durante una clara noche de otoño miré hacia la claridad celeste, iluminada por innumerables estrellas que emitían una misma luz, entonces me dije: así son los escritos de los Santos Padres. Un día de verano miré la inmensidad del mar, cubierto con multitud de olas distintas, movidas por un solo viento hacia un mismo fin, un solo puerto, entonces me dije: así son los escritos de los Padres. Cuando oigo a un coro armonioso, en el que voces distintas cantan un mismo himno en admirable armonía, entonces me digo: igualmente son los escritos de los Padres." Creo que esta pequeña colección de aforismos Patrísticos será interesante y útil no solamente para los Cristianos Ortodoxos, sino también para cualquiera que aprecie lo que es genuino. Mucho de lo que está aquí reunido me ha ayudado personalmente. Me ha dado respuestas a preguntas difíciles, y me ha permitido pensar acerca de los sucesos de mi vida en una nueva manera. Así he decidido presentar a usted en este libro lo que ha sido muy querido para mí. Diácono George Maximov. Enero 8, 2011.